“Hay un sitio en Burjassot en el que sirven unos calamares envueltos en una masa esponjosa que más que calamares a la romana parecen buñuelos, una carne brutal con una salsa espesa y sabrosa ¿habéis probado el strogonof? Pues la sensación es un poco parecida… salsa intensa y con un toque a pimienta. Y unos torreznos a la brasa acompañados de unas patatas fritas caseras cortadas muy muy finas y con salsa verde, las patatas Quitín” Esto sería lo que os diría si algún día me encontrase con vosotros por la calle y me preguntarais por algún sitio para almorzar en Burjassot.
El otro día celebramos el almuerzo de navidad en El restaurante Quitín, mucho tiempo hacía que lo tenía en mi lista y mucho he tardado en visitarlo. Ya solo el espacio y el ambiente te auguran que va a ser un buen almuerzo.
A las 9 ya hay cola en la barra, eliges lo que quieres y te lo sirven en mesa. Yo llegué tarde así que me dejé en manos de los compañeros de batalla, pidieron de picar y bocatas, al llegar eché un vistazo a la vitrina y vi los torreznos, desde hace un tiempo a esta parte me he saturado un poco de tanto torrezno por todos lados, pero este tenía algo que me llamó la atención, no sé que era pero me sorprendí a mi mismo pensando que los quería probar. Así como me senté en la mesa pregunté: ¿Habéis pedido torreznos? Y todos respondieron: “sí, son a la brasa”. Y ojo! mucho nivel!
El Espacio
El espacio consta de varias zonas, en todas ellas se respira un ambiente de asador con sillas y mesas de madera.
Dispone de una zona de bar con una barra en un lateral, subiendo unas escaleras se accede a un salón de techos altos y a una terraza interior.
El Esmorzaret
Los bocatas eran variados, buen pan, buen relleno y buena cocina tradicional. Habitas, alcachofas, col frita, panceta, tortilla, longanizas, etc, etc… bocadillos Old School.
El Cremaet
Un cremaet bien elaborado y bastante dulce.
Curiosidades
La receta de los calamares es todo un secreto.
La carne que utilizan para la carne en salsa son puntas de entrecot.
Llevan 60 años dando servicio, antiguamente se llamaba Casa Quiquet pero por un lio de marcas y patentes le cambiaron el nombre por Quitín.
Nos vemos en los bares
Si os gustan este tipo de bares os dejo varias recomendaciones similares
Fuimos entre semana, el nombre del bar no coincidía, no veíamos «El Bombo de Xeraco» por ningún lado, pero google Maps nos indicaba que esa era la dirección.
Entramos desconcertados, subimos las escaleras sin saber si estaba abierto e incluso si estábamos en el lugar correcto, estaba vacío, medio a oscuras y con una sola mesa larga de jubilados, me sentí como quien se cuela en una fiesta a la que no ha sido invitado. El resto de mesas estaban vacías y desprovistas de sillas, cogimos unas de una torre en la que estaban apiladas. En cuanto nos pusieron el mantel de papel todo empezó a cuadrar, aunque no tenía ni idea del funcionamiento ni qué pedir, fue fácil bastante sencilla: Solo tienen coques.
El Espacio
Un bar muy sencillo, con mucha solera. Un salón muy amplio, con una barra metálica a la derecha. Las mesas estaban sin montar y las silla apiladas.
En su interior había ambiente de pueblo con una buena colla de jubilados terminando su almuerzo.
En las paredes tienen fotos de los dueños cuando eran jóvenes y de la banda donde tocaban.
El Esmorzaret
El gasto estaba formado por una buena ensalada con olivas y unos cacaus con cáscara.
En el bombo se almuerza de coquetes, las cuales pueden ser de capellanets torrados a la flama o con el mullaor típico de atún, huevo cocido rayado y anchoas (como particularidad aquí no lo ponen con tomate frito) también nos contaron que realmente sus coques ya no llevan maíz si no que las elaboran únicamente con trigo.
El capellán es un producto típico de las Comarcas de la Safor y de la Marina Alta, es un manjar que proviene del secado que hacían los pescadores con la brisa marina del bacallaret o bacaladilla (antiguamente era un pescado de descarte pero actualmente es muy preciado, por sabor y textura).
Almorzar de coques es una maravilla, cada uno se monta su propia coqueta, con la cantidad y con lo que quiere. Su mordida es placentera, agradable y muy adictiva. si te descuidas te puedes comer varias de una sola sentada, parece que no llenan pero cuando te levantas la cosa cambia. Yo me comí 3 y me quedé perfecto, pero me contaron que una vez un hombre se comió 12.
Curiosidades
El Bar se llama Bar Avenida pero se ha popularizado con el apodo del propietario ya que
Su mullaor de atún con huevo a diferencia de otros lugares no lleva tomate frito. Y la masa de las coques actualmente ya no la elaboran con maíz, si no únicamente con trigo.
Nos vemos en los bares
Cada vez me gusta más descubrir nuevas maneras de almorzar, platos muy concretos y recetas tradicionales, así que si os gustan estas pequeñas joyas del almuerzo echad un vistazo a los post sugeridos
Tocaba Concilio Esmorzaret y me tocaba a mi la responsabilidad de que Valmorzar, valenciaalmuerza, almorsardecategoría y Arnau de la rutadelsesmorzars disfrutasen como locos.
Mucha presión, y poca broma con llevar a almorzar a este grupete, pero si algo tenía claro es que el encuentro iba a girar entorno a la casquería. Así que puse todas mis expectativas en el Bar Centro y la realidad es que las ha superado, solo tengo que decir que sus platos han conseguido que Bernard de valenciaalmuerza se pase al universo de los callos, entresijos y gallinejas.
Lo he visitado en dos ocasiones, una en 2021 con el protocolo covid a tope y esta vez, ambas me han encantado.
El espacio
Está ubicado en uno de los límites de Albalat dels Sorells, en plena Horta Nord, con lo que simplemente por el trayecto viendo la huerta valenciana ya vale la pena.
Tiene dos terrazas, una cubierta y otra al aire libre al solete. Una de las cosas que me ha llamado la atención cada vez que he ido es la luminosidad y la luz que da en esa calle, me da muy buen rollo.
Dentro tiene dos espacios, una que es la del bar con una barra y la otra que sería más bien la zona de salón.
El esmorzaret
Entras en local, vas directo a la cocina y allí te encuentras con Pedro y su maravillosa vitrina con todo los platos perfectamente etiquetados y cubiertos con film. Hablas con él, te dejas aconsejar y únicamente te queda decidir que poner en el bocata o en el plato.
Nosotros hemos jugado a compartir varias tapas y un bocata. Hemos arrancado con unos callos con morro el cual ha sido suave y agradable, diría que muy apto para todos los públicos. Una lengua en salsa con un sabor y una textura maravillosa, casi casi se deshacía en la boca y unos riñoncitos a la plancha turgentes y sabrosos.
Por otro lado, hemos probado su morro frito y os tengo que decir que me he enamorado, eran un poquito crujientes pero muy blanditos por dentro, en su interior predominaba la carne a la grasa y una vez he probado el primero ya no he podido parar. Hablando con Pedro (el dueño) me ha comentado que invierten muchas horas en preparar el morro y que lleva varios procesos.
También hemos probado su oreja melosa, con el nombre me imaginaba otra cosa pero la realidad es que juega en la liga del crunchy y de lo blandito. La zona del cartílago es crujiente y la de la carne melosa y con mucho colageno, pocas he probado de este estilo.
En cuanto a bocatas nos han sacado el de tiras de pollo, cerdo, patatas y salsa de curry. Si vais vale la pena probarlo, básicamente porque como éste no lo hacen en ningún otro sitio y porque está muy bueno.
Curiosidades
Llevan desde 1985 dando servicio, Pedro está al frente de la cocina y la verdad es que todo lo que he probado me parece brutal.
Os diría que no he probado lengua en salsa igual en toda Valencia y también os digo que su morro frito ha entrado a romper el Top List de Morro Esmorzaret.
Por cierto, su all i oli de huevo pasteurizado es maravilloso.
Nos vemos en los bares
Ahí van algunos bares que me recuerdan al estilo del Bar centro, ya sea por localización, estilo o propuesta.
El otro día almorcé en un bar de mercado, en un bar magnífico, en el que desde 1985 tienen platos de toda la vida y en el que, si dispones de un poco de tiempo, te pueden preparar lo que quieras. Paco Blasco me cuenta que si un cliente quiere algo concreto y no lo tiene en su vitrina, sale por la puerta, entra al mercado, lo compra y se lo prepara al momento.
He ido al bar mercat de Aldaia por su calamar en salsa, es un plato que apenas lo encuentro y es un plato que me encanta, por su sabor, por el tomate y porque me transporta a la cocina de mi familia, y es que para mí la comida es eso: sabores y emociones.
El día de la visita de este post eran vísperas de Pascua y mientras almuerzo, mis calamares al plato, en la terrazaoigo la conversación de la mesa de al lado sobre procesiones, cofradías y los recorridos que van a realizar, no entiendo nada, este universo me queda muy lejos, pero me encanta oír la conversación de fondo mientras mojo un poco de pan en la salsa de tomate. Son casi las 12h y como si de una risaga marina se tratase, una mesa de hombres mayores, que han alargado el almuerzo, dan el relevo a varios grupos de mujeres que llegan para tomar su cortado y su café con leche. Paco me comenta que las dinámicas, la clientela y la afluencia de la gente ha cambiado mucho en estos casi 40 años pero el café de las 12h se mantiene inalterable.
El Espacio
Ubicado en la parte exterior del mercado de Aldaia el ambiente de este bar es tranquilo con una clientela de mercado y una terracita con sombra desde la cual, los miércoles, se puede ver el bullicio del mercadillo que se monta alrededor del mercado municipal.
El Esmorzaret
Tienen una vitrina con tortillas (de patata, habas, ajos tiernos, etc) magro con tomate, calamares en su salsa, panceta pimientos asados y demás. Lo que viene siendo una vitrina normal, con buen producto y con platos de siempre para que te puedan montar el bocadillo como quieras.
Cómo he comentado algo si tienes un antojo que no esté en la barra se puede pedir y en un momento te lo preparan.
El pan es bueno, las olivas partidas y los cacaus pelados
El Cremaet
Pues si os digo la verdad no tengo ni idea si preparan, la próxima vez que vaya lo pregunto.
Curiosidades
Lleva abierto desde 1985 y se le conoce, entre otras muchas cosas, por sus sandwiches de jamón y queso. Su sandwich es sencillo y normales, sin más ingredientes que el pan, el jamón y el queso, son crujientes por fuera y aceitositos por dentro, de los que te comerías 3 de una sentada pero que la báscula te recuerda que tendrás que compensarlos de alguna manera.
Nos vemos en los bares
Voy menos de lo que me gustaría, normalmente voy cuando quiero disfrutar de un momento de almuerzo tranquilo sin más objetivo que almorzar. Ahora que he probado sus famosos sándwiches me voy a debatir entre pecar o seguir con mis calamares.
Bares de este estilo son los que me gusta encontrar, bares en los que la personalidad de sus propietarios y la vida del barrio han conformado su esencia y su oferta.
Ca cent duros es sin duda un lugar de culto para cualquier amante del almuerzo valenciano.
Ubicado en medio de la huerta valenciana reúne todos los ingredientes para que el almuerzo se quede grabado en la retina y en el paladar de cualquiera que lo visite. Respira tradición, buen producto, platos típicos valencianos como el all i pebre, el bocata de carne de caballo, el bacalao rebozado (abaecho), mollejas (lleterolas en valenciano), manitas, etc.
Lo visité por primera vez en 2017, cuando todavía la cuenta esmorzaret no había nacido, una amiga me contó que en un bar de Borbotó hacían un carajillo dulce en el que se se podían diferenciar el café, del licor y la crema. Me encantó el concepto y me generó una curiosidad brutal, así que fuimos para allá y probé mi primer cremaet.
Volví en 2018 para hacer una review pero desde entonces que no había regresado. Una de las cosas especiales de ir a almorzar a Ca Cent Duros es poder disfrutar de la huerta antes de entrar, toparte con un tractor que está haciendo una maniobra o pasear después del almuerzo viendo los campos llenos de alcachofas, cebollas o cacaus dependiendo de la temporada. Como he dicho antes para mi es un lugar de culto que reúne todas las condiciones para ser visitado más de una vez.
El espacio
Casa Cent duros o Ca Cent Duros se encuentra en Borbotó, en la zona de l’horta Nord. El bar se encuentra en el bajo de una casa antigua de pueblo y cuenta con un espacio interior y un patio a medio camino entre interior y exterior gracias a un toldo que pliegan o despliegan.
En el Patio tiene una zona de brasas, antiguamente se encendían los sábados pero ahora tras la pandemia no continuan han tenido que paralizar el tinglado.
El esmorzaret
A ver por donde empiezo porque en un mes he acudido 3 veces (en unos meses sabréis porqué), en todas las visitas he probado cosas distintas, no tengo fotos de todo pero ahí va lo que más me ha gustado.
Bocatas
Sin duda si vas a Ca Cent duros tienes que probar su bocadillo de carne de caballo y su bocata de mollejas. La carne de caballo está cortada a filetes finos y está hecha al punto lo que hace cuando muerdes se rompa perfectamente, su sabor es más fuerte que la ternera, yo lo combiné con ajetes tiernos y patatas fritas… maravilloso.
Otro día probé el de mollejas con idéntica combinación (ajetes y patatas, pero esta vez le puse un poco de all i oli para darle más jugosidad), las mollejas son un espectáculo, son blanditas, tiernas y algunas de ellas con una pequeña crosta de maillard, su sabor es bastante suave y agradable. Las veces que he ido el pan muy bien.
Tapas
Destacaría su bacalao rebozado, crujiente por fuera, muy tierno y en su punto por dentro, para mi gusto en el punto perfecto de sal y de sabor.
Oreja a la plancha, si hay oreja hay que probarla, ésta venía troceada, con algunos pelillos y de sabor intenso por el adobo.
El Cremaet
Amantes del cremaet, si no habéis probado este carajillo quemado ya va siendo hora. Debo reconocer que es uno de los cremaets más ricos y que más me han gustado desde que arranqué la cuenta.
Es un cremaet de ron, de sabor dulce, con capas bien diferenciadas y con canela en polvo. Ya sabéis que no soy muy fan de este condimento en polvo en el cremaet, pero en este caso está puesto en la medida justa para que aporte un extra especiado perfecto.
Curiosidades
Ca Cent Duros lleva abierto desde 2012 y recibe su nombre por una anécdota que se remonta varias generaciones atrás. Hace muchos años el Bisabuelo de Vicente le prestó a un vecino del pueblo 100 duros de plata para que pudiera comprar ganado, lo que en principio debería haber sido un acuerdo privado y discreto entre ambas partes se hizo vox populi en el pueblo y con el tiempo acabaron llamando a la familia con el nombre de Ca Cent Duros y de ahí el nombre del restaurante.
Antiguamente te asomabas a la cocina mirabas todas las bandejas repletas de comida y elegías como querías el bocata, ahora por medias sanitarias covid el personal te canta en la mesa lo que hay y te montas el bocata.
Nos vemos en los bares
Os dejo algunas referencias similares para almorzar en medio de la huerta, con solera, con buen producto y fuera de la ciudad.
Sin duda uno de los descubrimientos de este 2022. Negocio familiar abierto hace 60 años por “El Canela” junto a su yerno. Ahora Miguel, tercera generación, se pone al frente para continuar con la tradición familiar.
Para amantes de la oreja a la plancha, los productos traídos del pueblo, bocatas hechos al momento y bares familiares que pasan de generación en generación ya tenéis un nuevo bar que apuntar en vuestra lista de indispensables.
El Espacio
Ubicado en el barrio de El Calvari el Mesón Canela se encuentra en una esquina con un amplio chaflán, lo que le permite tener una terraza con sol y sombra.
El local es grande, con una barra en un lateral y una cocina medio vista, tiene un salón al fondo y una decoración en madera al estilo marinero. Respira un aire antiguo pero acogedor, su mobiliario me recordó al de la Cervecería Aquarium y a esos restaurantes de nivel de los años 70.
Por la decoración, por un rótulo que vi en el exterior y los acuarios llenos de anguilas y bogavantes deduje que una de sus especialidades son los platos marineros. De hecho quiero volver para probar su All i Pebre.
El Esmorzaret
Iba con el foco puesto en su oreja a la plancha y quizá probar algún bocadillo ligero, pero nada más entrar vi los jamones colgados, las anguilas en el acuario, unas aceitunas secas y negras en un bote y me di cuenta que de ahí iba a salir habiendo probado varias cosas y con las ganas de haber probado más.
Hablé con Miguel y me dejé completamente en sus manos, lo único que le dije es que quería probar su oreja a la plancha, una vez fijadas las premisas arrancó el baile del almuerzo. La picaeta constaba de tres clases de olivas (unas dulzonas, negras y secas, otras con un toque picante y otras de sosa) y algunas guindillas (fundamentales en cualquier esmorzaret).
La Oreja me pareció espectacular, la sirven entera y su precio va a peso, la hierven y la pasan por la plancha y se queda con una textura maravillosa, crujiente por fuera y blandita por dentro, en algunas partes se nota la carne de la oreja que se alterna con el cartílago y el colágeno de la pieza. La sirven con una mayonesa de wasabi.
Yo no soy mucho de vino en los almuerzos pero Miguel me sacó una botella de la cooperativa de Ledaña, su pueblo. Mi estómago estaba un poco reacio a tomar una copa a primera hora de la mañana, así que únicamente lo probé y tengo que reconocer que para un almuerzo creo que maridaba a la perfección, era suave y muy agradable.
Lo primero en llegar fue un pinchito de tortilla con guarrillas, así llaman en su pueblo a un tipo de chistorra más curada que la tradicional, con ello consiguen que no sean tan pesada. La Tortilla, la cual estaba recién hecha, tenía un punto meloso que se mezclaba con unas patatas a medio camino entre la machacadas y a trocitos, hacía tiempo que no probaba una tortilla de este estilo. Creo que mis archivos de memoria me remontaron a alguna tortilla probada en Madrid cuando enfundado con mis trajes de financiero me escapaba a media mañana para almorzar.
Por último, me recomendó su Brascada y menos mal que la probé porque es una de las mejores que he probado hasta la fecha, su carne era tierna y sabrosa, utilizan entrecot de lomo alto, lo que se traduce en una experiencia maravillosa porque no hay cosa que más rabia me de que llevarme la mitad del filete al morder un bocata. El pan era ligero y aireado (Del horno dels Desamparats del Mercado Central), el jamón serrano estaba cortado al momento y pasado por la plancha, el queso fundido y los huevos fritos eran como los de toda la vida con puntilla alrededor de la clara… que más se puede pedir.
El Cremaet
Si hay cremaet hay que probarlo, éste estaba hecho con ron, naranja y predomina el toque dulce.
Curiosidades
Algunos de los cuadros que hay en el restaurante fueron pintados por «El Canela» cuando se jubiló.
Nos vemos en los bares
Descubrir este tipo de bares son los que me mantienen la llama encendida en esta aventura Bar Hunter, bares que tienen una historia detrás, que han ido adaptándose a los tiempos, que apuestan por propuestas gastronómica de toda la vida pensando en los productos del pueblo, con vinos de cooperativas, aceitunas de sus propios olivos, y con ganas de ofrecer una buena experiencia al comensal…
Escribiendo este post no he podido evitar acordarme de bares con una esencia similar, así que echadle un vistazo a los que os propongo en la sección de recomendados al final de este post.
Hay Bares y bares, bares con solera, que además de cumplir las funciones de servicio gastronómico a la ciudad también son el epicentro del barrio, de los que conocen a sus clientes por su nombre y dónde lo primero es el cuidado de los parroquianos. Quizá me equivoque pero es la sensación que tuve al ver como los dos hermanos que regentan el Bar Batiste de la finca roja atendían a sus clientes, y esa misma sensación es la que tuve algún día en el antiguo Bar Alhambra cuando Benito y Plasen lo llevaban.
El Espacio
El Bar es alargado con una barra larga en la que al fondo se puede ver la cocina, es muy pequeño con apenas 6 mesas en su interior, todas para 2 o 3 personas salvo una doble en la que un grupo de jubilados se afanaba a almorzar.
Tiene también una terraza pequeña con varias mesas fuera, algunas pequeñas y otras un poco más grandes.
El Esmorzaret
Me dijeron que el bocata estrella es el de puntilla, ese día no tenían así que tiré por un clásico de tortilla con longaniza y pimiento rojo.
Su vitrina daba gusto, no solo por lo que tenían expuesto si no porque me recordó al estilo de cocina de mi abuela Paquita, no me preguntéis porqué pero esa visión me transportó 30 años atrás cuando entraba en su cocina y veía las bandejas de comida preparadas sobre la bancada.
No tienen cremaet pero si otros clásicos con café
Curiosidades
Este bar lo arrancó el Señor Batiste y actualmente lo gestionan sus hijos. El pan es del horno de un familiar y les elaboran las barras expresamente para ellos.
Nos vemos en los bares
Señoras y señores ustedes saben que a mi los bares con solera me encantan, que tienen un algo y una esencia que me atrapa, envuelve y hace que me quede agusto tomándome el café. Así que, si a vosotros también es pasa lo mismo echad un vistazo a los post que os recomiendo a continuación.
Ubicado en el barrio de Monteolivete (Valencia) el Bar JM se ha convertido en uno de mis templos del producto. Ya van dos veces que lo visito para almorzar y cada vez me gusta más, un bar de toda la vida, con muy buen producto y una vitrina de marisco que da gusto mirar.
El Espacio
El JM dispone de una terraza a pie de calle con varias mesas y con estufas los días de más frío. También dispone de dos salones donde se puede hacer un buen esmorzaret, comer o cenar. Dispone de una barra con un surtido que da gusto, lo que más llama la atención es su despliegue de mariscos y pescados.
El Esmorzaret
El esmorzar en el JM es de esos esmorzars que puedes recomendar con los ojos cerrados, he ido dos veces y ambas he disfrutado mucho, tanto por el ambiente como por el producto.
La primera vez que comí su sepia con mayonesa dije, esto está muy muy bueno y acto seguido pinche dos y tres trozos sin decir ni «mu», luego llegó el turno de las bravas… y que os voy a decir, tiernas, sabrosas, ligeramente picantes pero muy poco y con una capita de aceite y all i oli que dan ganas de rebañar con pan.
Por el momento he probado dos bocatas: uno de patatas a lo pobre, embutido, pimientos asados y huevo frito que fue espectacular. Y también he probado el de carne de caballo con ajos tiernos y patatas a lo pobre, estuve tentado de ponerle huevo frito pero me pareció demasiado y la verdad es que quería sentir la receta clásica en todo su sencillez. Los ajitos una deliciosos y la muy buen corte de carne, bien hecha en su punto de jugosidad y muy agradable en cada bocado.
El Cremaet
Un cremaet fuerte y con sabor retostado en el café.
Curiosidades
Este bar regentado por Vicent y Antonia recibe el nombre gracias a las iniciales de sus dos hijos: Jordi y Miquel.
El marisco lo compran directamente en la pescadería que tienen cruzando la calle: «Pescados Hermanos Mora».
Su plato estrella es el de caldereta de pescado y marisco. Y el All i pebre se toma por encargo.
Nos vemos en los bares
Si os gusta este tipo de bares de barrio, de buen producto y buena cocina aunque el precio del almuerzo esté por encima del precio popular echad un vistazo a los recomendados del pie de página.
Bar Ricardo, Rausell, Alenar, etc. Son lugares en los que el concepto de «Esmorzaret Gourmet o Gastro Esmorzaret» cobra todo su sentido ya que son almuerzos tradicionales pero con un producto de nivel, buen pan, bien cocinado y con un toque extra que no me digáis dónde está pero se nota.
El Aquarium es uno de esos lugares en los que parece que el tiempo no ha pasado, en el que el oficio, el servicio y la atención han permanecido inalterables, y eso es lo que le confiere su carácter y autenticidad.
Buen producto, cócteles hechos como se deben hacer, sin florituras ni adornos, tal y como marca el manual… comida sencilla pero de gran calidad y unos protocolos de servicio de los que da gusto ver, aquella manera de hacer que en ocasiones me recuerda a los bares de Madrid, reconozco que cuando eso ocurre, a veces, me siento descolocado, será por el desuso o por la poca costumbre que tengo en que me atiendan de esa manera seria pero correcta, tratándome de usted y con corbata.
Quizá no sea uno de los sitios que te vengan a la mente a la hora de hacer un esmorzaret pero creedme que vale mucho la pena probarlo.
El espacio
Un local de lo más particular, decorado con madera barnizada como si de un barco se tratase, con una amplia barra a la izquierda, con un mobiliario burgués con solera, mesas y sillas cuya altura está por debajo de lo habitual pero que por arte del regocijo te van acomodando de tal manera hasta que llegas al punto en el que cualquier coctel y plato que se te antoje entran fácilmente sin pensar en la cartera.
Dispone de una terraza cubierta con una pérgola en el exterior, la única pega es que la gran vía está tan cerca que el ruido de los coches es constante.
El esmorzaret
Hacia meses que iba detrás de su bocadillo de solomillo con salsa tártara para almorzar, por fin le hinqué el diente y ahí va lo que sentí:
Solomillo tierno, hecho al punto, jugoso y sabroso, panecillo pequeño y esponjoso pero de tamaño justo para almorzar. Me dejó con aquella sensación agradable de que lo bueno en su medida justa dos veces bueno y ahora no puedo parar de pensar en ir a tomarme otro. Aprovecho este post para reivindicar que para disfrutar de un buen almuerzo no es necesario que la comida te salga por las orejas, si el material es bueno todo en su justa medida es mejor.
La picaeta consistía en cacaus fritos y pelados, muy ricos pero eché de menos unas aceitunicas.
Aquí no hacen cremaet porque hacen una cosa que casi os diría que me gusta más: El Rocafull, maravillosa bebida valenciana a base de coñac y café helado, antiguamente el Rocafull se agitaba con clara de huevo para generar la espuma pero actualmente con un buen café y una extracción de máquina no es necesario incorporar la clara de huevo. Es una lástima que esta bebida haya entrado en desuso y no se encuentre fácilmente, de hecho creo que en Valencia centro se puede encontrar en el Aquarium y en uno o dos locales más.
Curiosidades
Fue inaugurado en 1957 y se ha mantenido intacto y con la misma estética desde la riuá. Pero lo que poco se sabe es que este bar lleva abierto desde finales de los años 30 ya que antiguamente era el bar del Cine Gran Vía 55 y que por detrás de una de las paredes conectaba con esta emblemática sala de cine.
Y otra de los tesoros mejor guardados del Aquarium es su Aurora Boreal, coctel que aún no he probado pero que está hecho a base de Whisky, helado de vainilla (el mantecado que le llaman) y café helado.
Nos vemos en los bares
Es de esos sitios que da gusto ir, que te transportan a tiempos en el que el glamour, la elegancia y el saber estar era una actitud, me recuerda a las películas de los años 70, a la dolce Vita y a los bares y terrazas de Mónaco visitados por Aristóteles Onassis ¿Os lo imagináis haciendo un esmorzaret en el Aquarium? seguro que él quizá no fue pero más de una ilustre figura de la alta sociedad se sentó en una mesa del Aquarium y disfrutó como cualquiera de nosotros, porque al fin y al cabo de eso se trata, de disfrutar con la comida y de la buena compañía.
No sé si es porque hacía muchos años que no iba, por el buen comboi del almuerzo, por el producto o por la solera de La Curra pero lo que tengo claro es que este almuerzo me supo a gloria.
El espacio
El espacio es muy grande, tiene un amplio comedor, un pasillo que lo une a la zona de la barra del bar, en este pasillo se encuentran los fuegos dónde se encuentra el surtido y donde se puede ver como cocinan a leña el producto y las paellas.
El esmorzaret
Como ya os he comentado disfruté mucho del almuerzo, fue un esmorzaret reposado, en la terraza y en buena compañía.
La dinámica de la curra es un tanto peculiar, al llegar lo primero que hay que hacer es echarle el ojo a una mesa, luego acudir al pasillo dónde están los fuegos y elegir el contenido del bocadillo, tienen un surtido sencillo pero muy bueno, tortillas, embutido, morcillas, patatas y pisto… y me comentó que según lo que se pida también te lo pueden hacer al momento, yo me limité a lo que había junto a la lumbre e hice un «ponme de todo», así es que me quedó un bocata muy majo y bueno: tortilla de patatas con cebolla, longaniza, morcilla y pisto. El Pan era bueno y el contenido también así que perfecto.
Tengo que reconocer que el gasto no lo probé, básicamente porque estaba expuesto en una mesa al entrar al alcance de cualquiera y la verdad ahora con todo el tema covid soy bastante precavido.
Cremaet de Casa La Curra
Para rematar pedimos cremaets, para mi gusto demasiado dulce y un poco aguado.
Curiosidades
Situado a las afueras de Torrente, este restaurante años atrás hacía las funciones de un venta dónde los vecinos de los pueblos colindantes bajaban para comprar ya que antiguamente también era un ultramarinos, actualmente a la vez de bar y restaurante también es panadería y estanco.
Despedida
El almuerzo es una experiencia en la que juegan muchos factores, el sitio, la compañía, el producto, la solera, etc… y cuando un lugar aúna varios de ellos es para repetir todos los días.
Me han chivado que sus paellas a leña y chuletas de cordero son espectaculares, habrá que probarlas.
Paella La Curra
Otras recomendaciones
Si eres de los que te flipan los sitios con solera te recomiendo visitar Casa Herminia, el Bar Cristobal o la Taberna Amparín,
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