Muchos me preguntáis dónde almorzar en Benimaclet. La realidad es que es un barrio que mola mucho pero la realidad es que apenas tiene lugares y bares donde almorzar. Mucho bar de copas, tardeos, vermuts pero de almuerzo poco… así que Hugo & Company se pusieron manos a la obra y han abierto un local al lado de la plaza del barrio.
Son residentes del barrio desde hace muchos años y les gusta hacer barrio, por eso es que la mayor parte de sus proveedores son los comercios de la zona y eso mola mucho.
El Espacio
El local es una maravilla, grande, espacioso y con unas cristaleras enormes por las que entra muchísima luz. Todos los detalles están cuidados, de hecho tiene un mural enorme en el que Gisela Talita a volcado todo su arte.
El local dispone de dos salones grandes y una terraza en una calle peatonal en la que a determinadas horas entra el sol. La calle es ancha con lo que, aunque no tiene un parque pegado a la terraza, es un espacio que permite ir con los más peques y que se muevan con libertad ya que no pasan coches.
Comentaros que parece ser que no es muy fácil aparcar pero no es imposible. De hecho hay un descampado relativamente cerca.
El Esmorzaret
Una de las cosas que más me llamaron la atención es que mezclan modernidad, tradición y producto en su propuesta.
Por un lado en su carta de almuerzos tienen propuestas muy clásicas, y que de hecho no se encuentran en casi ningún bar de almuerzo, tales como las sardinas a la plancha, la lleterola o los calamares encebollados. Y por otro lado le dan una pequeña vuelta a los bocatas y tapas para que llevarlos un poco más allá pero sin perder la esencia.
Al ver la carta nosotros lo tuvimos muy claro, arrancamos con una ensalada con tomate del terreno, cebolla y pizarras, una maravilla poder empezar un almuerzo con una ensalada así, el tomate estaba pelado y eran del ultramarinos que está en una calle contigua (a mi estas cosas son las que me hacen que el almuerzo me siente mejor :))
Para picar pedimos 2 tapas: Unas sardinas a la plancha brutales y de tamaño medio, tengo que decir que es muy raro encontrarlas en otros lados y me pareció una maravilla que las tuvieran. Y unos calamarcitos en salsa.
En cuanto a los bocatas el flechazo fue a primera vista, pedimos el de figatells y el de lleterola (mollejas). Con lo buenos que están no entiendo porque no los tienen en más bares, el figatell es una maravilla de la charcutería valenciana que no se encuentra en casi ninguna otra parte de España mientras que las mollejas de cordero (si están bien hechas, tal y como es el caso) son delicadas, suaves pero con un sabor muy característico que solo te lo puede dar este producto.
El bocata de figatells va acompañado con cebolla ponchada y queso cheddar, el cuál, hizo que la mordida me recordara a la que tienes al morder una burguer con queso.
El bocata de mollejas de cordero me pareció una maravilla, que ha entrado dentro del TOP 3 de bocatas de lleterola. Resulta que las mollejas eran suaves de sabor, crujientes por fuera gracias a la reacción de Maillard, agradables y brutales. Iban acompañadas simplemente de una mayonesa muy suave de romero y eso amigos míos le daba un punto sutil, fresco y reconocible.
Por cierto, deciros que las olivas estaban tan buenas que pedimos un platito extra, eran carnosas, sabrosas y cayeron una detrás de la otra como si nada.
El Cremaet
Lo elaboran ellos mismos y lo reservan hasta el momento de servir, tenía un sabor cítrico y dulzón. Cosita interesante es que gastan un café de origen, que aunque no es de especialidad se nota que es de calidad.
Curiosidades
Los viernes se monta el mercadillo semanal de Benimaclet justo delante del bar, con lo que si os gusta pasear por los mercadillos y empaparos del ambiente de barrio un buen día para visitarlos sería el viernes.
Nos vemos en los bares
Me encanta visitar sitios de reciente apertura impulsados por gente joven que apuestan por el almuerzo y por mantener vivas las tradiciones y la cultura gastronómica. No solo porque recuperan, mantienen y ponen en valor recetas y productos de toda la vida si no también porque son proyectos con conciencia social, porque nutren y se nutren de otros negocios de alrededor, de productores de proximidad. Enhorabuena a todos aquellos proyectos que apuestan por abrir nuevos locales, por hacer barrio y por cuidar la cultura e identidad gastronómica de Valencia.